8 dic 2012

VADEANDO ARROYOS

      La caída de la hoja, paisajes otoñales, la tenue  luz que se nos presenta en esta estación son motivos mas que suficientes para salir y dar una vuelta por cualquiera de los muchos montes que tenemos al alcance de la mano.
       Este jueves pasado nos adentramos por los montes aledaños a Urkiola y nos acercamos también al Amboto que ya tenia una ligera capa de nieve.
           La lluvia hizo que el barro aflorase por todas las pistas y senderos, y la hoja ya casi del todo caída hizo que el suelo se adueñase del todas las tonalidades marrones y que a su vez escondiese las pocas señales que delatasen por donde transitabamos.
            Cañadas y pequeños arroyos se cruzaron en nuestro transitar, lo que nos obligó en varias ocasiones a  vadearlos, un juego cotidiano en nuestra infancia, pero que ahora suponía hacer un análisis meticuloso para saber por donde cruzarlo (al menos yo).
             La base la establecimos en Otxandio, y partimos desde uno de sus barrios, el de Olaeta. Todo parecía estar bajo control.... pero con el transcurrir del tiempo perdimos la ruta, solo el Amboto y la brújula, mas una poca de intuición y algo de suerte nos devolvió en el tiempo previsto a nuestro lugar de origen.
          Este contyratiempo nunca nos preocupó porque en primera instancia disponíamos de un excelente hamaiketako, bastantes horas de luz y unas piernas que nos respondían adecuadamente.
           El  único sinsabor fue que no vimos la caída de la hoja, sino la hoja caída, que también tiene su encanto, todo ello con el rumor del agua cuando corre y algún pájaro cantarín despistado que se podía oir...
           El mediodía lo disfrutamos en Otxandio, un pueblo al que hacia años que no habíamos vuelto y que pudimos reconocer su bolera, su antigua iglesia, la fachada del ayuntamiento, el reloj solar y la fuente de agua ferruginosa.

      Nuestro acerbo cultural no tenía el dato que esta localidad fue bombardeada en la Guerra Civil. En recuerdo a las personas fallecidas en ese  acto, en una pequeña plaza del pueblo hay un monumento conmemorativo que consta de una figura de Nestor Basterretxea y un mural con el nombre de todas las personas fallecidas aquel día.
           Despues de comer la luz del día todavia nos permitió acercarnos al Santiario de Urkiola y hacernos fotos en la ermita de santa Apolonia, en la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, las hojas de haya alfombrando el suelo. Nos acercamos tambien hasta el Calvario, divisando desde allí, el Alluitz, el Untzillatz y el Amboto entre otros.