23 jun 2013

LA LANZA

        Todos los días utilizo el autobús de línea para ir al trabajo. aparte de la consabida mochila o portafolios de turno, a la mañana siempre llevo el periódico. Una sana costumbre a mi entender eso de echar un vistazo a la presa mientras transcurren los pocos minutos que dura el trayecto. pensaba que era un ejercicio sano, pero veo que me estoy quedando solo: estoy rodeado de personas, y no solo jóvenes, que llevan el móvil en la mano como si este fuese ya una extensión de ella, llaman, consultan, juegan, ponen mensajes....
    Creo que me he quedado obsoleto, porgue veo que no necesito llamar a nadie a las ocho de la mañana, ni tengo la urgencia de consultar el correo electrónico, mandar un mensaje a esa ora, y que no me gustan los juegos.. que raro o que preocupante lo de los demás. Yo no lo entiendo.
    Para darle un sentido a estas cábalas mías utilizo el articulo de Manuel Vicent que analiza algunos aspectos al respecto.


Tener el móvil apagado engendra una suspicacia morbosa en la pareja. Si no estás permanentemente conectado ese silencio puede terminar en drama


¿Qué es hoy un adolescente sin teléfono móvil? Nadie. Actualmente los ritos de pubertad se establecen con una variedad de cicatrices, púas de gomina en el pelo, tatuajes, piercings, con los que escarifican su cuerpo los adolescentes camino de la discoteca o del botellón de fin de semana donde les espera el primer alcohol, el primer sexo y tal vez la última droga de diseño. Los héroes de hoy, como los antiguos, también van armados con una lanza para matar al dragón que tiene cautiva a una bella princesa. En este caso la lanza es el teléfono móvil, que concede al adolescente un gran poder. El whatsapp transforma al cobarde en valiente, al tímido en audaz, al tonto en listo, al tipo duro en un castigador ilimitado, solo que en estos ritos de iniciación también las princesas cautivas usan la misma arma y ya no necesitan ayuda de ningún héroe para escapar del dragón. Tanto ellos como ellas saben que sin el móvil no son nada. No creo que exista ningún adolescente que al darse cuenta en medio de la noche que ha olvidado el móvil no se sienta un guerrero desnudo, desarmado y trate de recuperar a toda costa su lanza. La esencia de esta nueva arma es la inmediatez. En los whatsapps la rapidez en responder a las llamadas es más determinante que el contenido de los propios mensajes. Si no contestas de forma instantánea puedes quedar fuera de combate, puesto que los mensajes de la amiga, del amante, del novio, del descocido se acumulan, se superponen y serás inmediatamente suplantado. Tener el móvil apagado engendra una suspicacia morbosa en la pareja, que puede desembocar en una tormenta de celos si no estás permanentemente conectado. Antes los enamorados se eternizaban en la despedida por el viejo teléfono. Cuelga tú; no, cuelga tú; anda, cuelga tú. En cambio, hoy los móviles se diseñan para poder expresar una idiotez cada día un segundo más rápido. La neurosis de los mensajes superpuestos, inmediatos ha llegado al extremo que muchos adolescentes y también adultos perciben que les vibra el móvil en el cuerpo aunque lo hayan dejado en casa. Esta falsa vibración es un síndrome de la necesidad de esa llamada, de esa respuesta, real o imaginaria, que se espera con angustia, sin la cual uno se siente solo en el mundo.



TIERRA O TERRUÑO



El pasado lunes día 17 Iñaki Ezkerra escribió un artículo en El correo titulado "Tomates en las ventanas" del cual entresaco unas líneas que tienen que ver con la tierra (otros decimos el terruño).
Al principio de la lectura me recordó a aquel vecino que tenía en Amorebieta, seguramente otro amante de la tierra que echaba de menos la suya y con esa excusa utilizaba la jardinera que teníamos en común en el cuarto piso, (una hermosa jardinera que tenía mas de dos metros cuadrados), para sembrar productos típicos de la huerta. Yo como estaba a punto de levantar el vuelo de ese pueblo, no le comenté nada al respecto.  
Aquel hombre amaba la tierra y seguramente de dos maneras distintas, de aquella que da frutos después de un trabajo y la otra la tierra que toda persona de bien lleva en su corazón. Es decir, todos amamos nuestra tierra, pero la escala amatoria es amplia. Unos se olvidan de donde nacieron, otros se acuerdan de ella, otros se acuerdan y la visitan y otros están obsesionados con ella, además con el agravante de que no entienden que los demás no amemos la nuestra con tal intensidad. 
En este pensamiento y con palabras más acertadas, quizás, retrata Iñaki Ezkerra a aquellos que hacen de la tierra su señas de identidad:

"Desde muy joven percibí que mantienen una relación perversa con la naturaleza. Hacen como que son los dueños de la tierra;como que guardan con la tierra un vinculo especial; como que la sienten como no sabrás sentirla nunca y como que conocen sus más recónditos secretos.
Hacen como que están doctorados en tierra; como que la tierra les habla al oído; como que follan con ella; como que van a ser, cuando se mueran, más enterrados que tú; como que se van a entender con los gusanos de una manera íntima que te excluye y que a la vez te inspira alivio, la verdad, porque llevarse de cine con los' gusanos no es que sea una bicoca. Las cosas como son".


 

Inmunidad

¿Por qué, después de unos cuantos años de crisis, no hay ningún político o banquero en la cárcel?