Hemos vuelto y hemos comprobado unas cuantas cosas, saber
si las conocidas estaban en su sitio y si lo desconocido era terreno baldío.
Vimos que la tienda de quesos de Burgui ha desaparecido y
se ha trasladado a un polígono a las afueras del pueblo distante de él un
kilómetro navarro.
No cercionamos que el puente sobre
el río Esca en está misma localidad sigue en su sitio después de las riadas de
hace dos semanas.
Divisamos el pantano de
Yesa, que aún estando bajo su nivel de agua, ha crecido en su volumen debido a las
lluvias torrenciales de la misma época.
La idea del
recrecimiento del pantano sigue adelante, parece ser que los estipendios
otorgados a los pueblos afectados han logrado su fin, excepto en Artieda, la rebelde,
la unida localidad que aun lucha por que no se cometa esa barbaridad.
Disfrutamos de la autovía A-21 del Pirineo (Pamplona-Huesca), ésta ha crecido en longitud pese a la
crisis. A Nosotros nos ha hecho un favor, y es que nos ha
acortado casi media hora el viaje, ahora ya solo tenemos quince kilómetros de
carretera general, pero en su contra tiene que una vez terminada esta autovía, habría vía libre para que Yesa se convierta en un superpantano y que
sus aguas cubran un extensa vega, más de lo necesario.
Comprobamos, antes ya se intuía que el bar del pueblo
alberga gente de buen talante, gente que arropa a los peregrrinos del Camino de Santiago, gente que hace de la micología una ciencia, efectivamente, esto lo pudimos vivir el último día a ultima
hora, cuando por fin hicimos el esfuerzo de socializarnos con la poblacuión autóctona.
Seguimos pensando que la zona, el pueblo y la casa en la
que nos alojamos son únicos (o casi) porque cuando vas es como adentrarte en un
remanso de un río después de salir de sus aguas bravas.
Te das cuenta y lo valoras en su justa medida los buenos y viejos amigos, que te
llenan, y con los que puedes compartir muchas cosas. Eso es un tesoro, de ahora y de simpre, que es
imposible de valorar.
Podríamos hablar de Artajona, la población inexplorada,
Puente la Reina,
la del puente del medievo, o de Berdún, la socorrida, a la que acudimos cuando
el día nos abandona y a la que no hemos podido conocer a la luz del día.
Podríamos hablar
de más cosas, de seguir comprobando, pero vamos a dejar el tema un poco en el
aire para que la reflexión pueda abordarnos en algún momento.
Gracias
amigos.
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