11 nov 2012

A vueltas por Amsterdem

Amsterdam A veces los hijos se nos parecen, y aunque esto sea cierto, no es la cuestión de pareceres de la que voy a hablar, sino de las dinámicas de la vida a que estamos avocados por culpa de ellos (y no hablo del sentido peyorativo de la palabra). Amsterdam siempre la he identificado con el Ajax y con los calanes que la surcan, y otras informaciones de menor entidad que son los componentes de un acerbo cultural que es producto de varios factores, entre ellos la lectura. Cuando los hijos se alejan, marchándose a otro lugar aunque sea temporalmenbte y lo suficientemente distante se procuce un doble deseo, el de ellos que desean que nosotros los padres conozcamos los lugares por donde se desenvuelven, y el nuestro un poco más morboso por saber a donde ha ido a parar y con que gente. Como estas dos premisas han coincidido en estos momentos la consecuencia ha sido la lógica, hemos visitado Amsterdam. Los dias son intensos, agotadores y escasos, y aparte de los motivos emocionales, el bagaje informativo que acumulas en estas visitatas o estancias es lo suficientemente importante como para valorar donde estamos y que es lo que tenemos. No voy a hablar de la ciudad, solo decir que en ella se respira libertad y que merece la pena visitarla.

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